jueves, 15 de septiembre de 2011

Culpable.

Culpable de mis defectos,
de mis angustias y mis aspectos,
de ver morir a la noche
en este balcón sin techo.

Culpable de los semáforos
rojos siempre en mi cerebro,
de vacíos pasos de cebra
que ilustran mi pobre intelecto.

Culpable de que el asfalto
de esta solitaria madrugada
me haga soñar con la luz
de una noche estrellada.

Culpable de la penumbra
que asola este mar de miedos
que irrumpen continuamente
para alejarme de mis deseos.

Culpable una vez más
de ser feliz cuando quiero,
de llorar cuando fenezco
entre colchones de viento.

Culpable de crear un mundo
a base de desaciertos,
que dan luz a lo regio
de esta arena sin desierto.

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