martes, 13 de septiembre de 2011

Baladí.

Abrió los ojos, lo veía todo oscuro pero a pesar de todo caminó. A pesar de la negrura que se dejaba masticar en el ambiente siguió el camino recto vagando como corazón inerte. Fueron horas de recorrido sin ningún tipo de abatecimiento. El tedio era tal que pensó en poner allí mismo fin a su respirar, pero era constante, tenía una corazonada, sabía que cada paso que daba significaba un paso menos para llegar a su objetivo. ¿Qué hacía allí?, ¿cuál era esa meta que le hacía continuar? Yo lo se, al salir de aquello me lo contó todo. Me dijo que no se lo contara a nadie, a día de hoy aun no lo he hecho y creo que moriré sin hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario