miércoles, 16 de noviembre de 2011

Nada más.

Empieza el frío movimiento de la ciudad,
las luces del cielo se apagan,
se van como viejos recuerdos.
Parece que ya no importan,
ahora es tan solo un día más.

Propósitos inocentes que como papel ardiendo
se esfuma, nada más.
Proposiciones indecentes que solo daban calor.
Palabras incandescentes iluminan mi final
como las luces de la noche que ya nunca volverán.

Limpieza de sentimientos,
la eterna búsqueda del orden mental.
Hay una guerra en mi cerebro
que no pretendo ganar.
Es Una guerra nada más.

El gris del asfalto es mi lienzo.
Dibujo caminos pedregosos,
imagino árboles lampiños,
raíces enterradas bajo hojas amarillas
que el viento mueve tras el cristal.

Ahora puedo dormir,
ya por fin podré soñar.
Quizás me acerque al deseo
de poder reír algún día
y que sean risas nada más.

"Buenos días señor barrendero,
¿cómo lleva su faena?"
Anónimas voces se cruzan.
"Hoy por fin he terminado,
ya me puedo retirar"

Ya no oigo nada
no estoy para mucho más
voy a cerrar los ojos
ahora ya si,
podré soñar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario